DIGAMOS (O NO) EN EL TRABAJO

¿Vamos a trabajar…o vamos al trabajo? La pregunta sempiterna que se renueva cada mañana…

¿Y que nos espera allí? Muchas opciones pueden existir en ese lugar que nos recibe día a día: carrera, amistad, esfuerzo, desilusión, futuro, enojo, buen o mal pasar, aburrimiento, esperanza…

El trabajo en sí, nos permite el sustento económico, el desarrollo profesional, tener aspiraciones y crear ambiciones, pero también es fuente de frustraciones, desilusiones y hasta de rencores y enemistades…

Como lugar al que convergen personas con distintos objetivos, formación, entorno y personalidad, el trabajo permite la mas diversa interacción, lo que da pie a conversaciones, encuentros, pasiones y malentendidos.

Esta interacción se produce, entonces, en el lugar de trabajo, donde, fundamentalmente, se va a trabajar… De esa manera, las interacciones resultantes influyen en el trabajo, su rendimiento y resultados, objetivo primero y primordial de este. De hecho, lo que hagamos y digamos públicamente en el lugar de trabajo, influirá directamente en nosotros, los que nos rodean y como consecuencia, en el rendimiento y resultados de nuestra labor.

Analicemos, entonces, algunas frases y palabras que NO son convenientes decir en un ambiente de trabajo común y que, por el contrario, SI resultaría altamente productivo y hasta saludable, callarlas:

Frases y palabras entre el empleado y su empleador:

«Ocupado» – Responder esta simple palabra ante la pregunta ¿cómo estas?, es equivalente a un cierre de puertas a toda posibilidad de adelanto y continuidad en el trabajo. A oídos del empleador, «ocupado» significa trabajar en forma poco eficiente, no priorizando tareas importantes, no saber administrar el tiempo y por, sobre todo, rechazar una tarea o una propuesta que su superior tiene en mente. Sinónimos de «ocupado» serán «cansado», «aburrido» y otras palabras por el estilo.

«Es injusto«-«Y quien eres tu para decir lo que es justo y lo que no? se estará preguntando el superior mirando mi cara de ingenuo y falta de madurez, después de haber pronunciado esas nefastas palabras. En vez de refunfuñar y de poner mala cara, mejor será, con entereza, averiguar las razones de la decisión tomada muy a mi pesar, y aprender.

«No tengo yo por que hacerlo» – Creo que después de esta frase, aquel que la ha dicho, ha de tener sus días contados en la empresa.  Puede que la tarea solicitada no se encuentre definida en el contrato de trabajo, pero todo tiempo que esta sea legal, ética y acorde con las metas de la empresa, habrá de ser encarada con el mejor animo y responsabilidad. Siempre es posible conversar con el jefe después de efectuada la tarea.

Frases y palabras en el empleado y su compañero:

«¿Por qué tú y no yo«? – Sabido es que la vida no es justa y nos suele deparar magras alegrías y fuertes desilusiones, sobre todo en el ámbito laboral, pero aun cuando estemos despechados con la decisión tomada, no es nuestro compañero o compañera el que nos ha de dar la respuesta. Seguramente, la respuesta se encontrará en nosotros mismos, y si no en ese lugar, pues a seguir buscando…

«Es tu culpa» – ¿Es su culpa o la tuya? No importa lo que ha sucedido, en todo caso ha de asumirse la responsabilidad por nuestra cuota parte en la tarea. En la evaluación de lo sucedido se vera todo, y se sacaran las conclusiones del caso. Echarle la culpa a otro o hacerle responsable, es síntoma de inexperiencia e inmadurez, en el mejor de los casos.

«Eres un flojo» – O algo así…¿Por qué razón hemos de decir eso a un compañero de trabajo? ¿Quién nos ha puesto en ese papel de juez y arbitro de moralidades? Es seguro que unos segundos después de haber dicho esas palabras ya estemos arrepentidos. Mucho mejor será ofrecer nuestra ayuda y respaldo, para poder terminar una tarea, que, sin duda, de alguna manera, también nos incumbe.

Frases que no debemos repetirnos a nosotros mismos:

«No lo puedo hacer» – Si he recibido una tarea, es porque alguien ha pensado que soy capaz de hacerla. Sera difícil, precisare ayuda, será necesario escuchar de nuevo las indicaciones e instrucciones, pero finalmente lo lograre. Negar poder hacerlo, implica no creer en mis posibilidades y hacer dudar de ellas, a los que me rodean.

«No me gusta lo que hago – «Pues no lo hagas y busca cambiar la misma esencia de la tarea o de la función. A la larga, de seguir así, las cosas marcharán mal y serán negativas, habrá mal ambiente en el trabajo, con los superiores y con los compañeros, y te harás daño a ti mismo. Basta una vez que lo pienses, para que ya luego, vayas viendo que cambio positivo se puede hacer.

«No hay problema» – Decir que «no hay problema»,  es simplificar las cosas, hasta el punto de perder el sentido y la razón de la tarea en la que estamos abocados. Si la sabemos hacer, es por que estamos preparados para ella y/o tenemos la suficiente experiencia en ella. La manera de encarar el problema, es de una relatividad que por supuesto cambia de sujeto a sujeto. Nosotros quizás sepamos solucionar el problema, pero que lo hay, lo hay. Si no lo sabemos solucionar, aprendamos. De no existir el «problema», seriamos superfluos.

Aprendamos, de nuestra experiencia y la de los demás, a interactuar con nuestros superiores, compañeros y nosotros mismos. De eso estará dependiendo, en buena parte, el sacar el mejor provecho de las extensas horas que pasamos en el trabajo.