Corrupción y supervision

Soborno:  – Material para reflexionar

Dejemos de lado el aspecto moral por un momento: el costo económico de la corrupción es enorme. Es cierto que el nivel de corrupción varía de un país a otro, pero en todos ellos hay una tendencia a combatir la corrupción al considerarlo un problema de importancia existencial.

En general, la “corrupción” puede definirse como el uso de cargos públicos para beneficio personal. ¿Soborno? Obviamente, pero también el chantaje y otros actos criminales, como fraude o malversación de fondos. La apropiación de fondos para uso privado y la malversación de fondos por parte de políticos y altos funcionarios son daños claros, directos e indirectos hechos contra el estado.

Tomemos, por ejemplo, los contratos públicos: el soborno puede afectar la elección de una persona en el sector privado a los efectos de proveer bienes y proporcionar servicios públicos, en los términos establecidos en los contratos.

Igualmente, el soborno puede “facilitar” la provisión y la recepción de beneficios monetarios (beneficios fiscales, subsidies o incluso participaciones monetarias) o beneficios en especie (en las áreas de atención médica, vivienda, acciones en empresas gubernamentales en proceso de privatización, , etc.).

Y si de ingresos públicos estamos hablando: a través de sobornos se pueden reducir los montos de impuestos y obtener beneficios fiscales inusuales o inaceptables. Omitir las regulaciones y las decisiones en la lucha contra el soborno puede acelerar la concesión de licencias y la legitimación de una actividad ilicita o prohibida.

El soborno también puede cambiar el resultado del proceso legal y regulatorio, y evitar que el gobierno impida actividades ilegales (como el tráfico de drogas o la contaminación ambiental) o haga que persona o sectores sociales se favorezcan en demandas u otros procedimientos legales.

¿Y qué hay de los costos? Estos son algunos de los costos de la corrupción en aspectos económicos y sociales:

• El soborno aumenta los costos en transacciones y la incertidumbre en la economía.

• El soborno provoca resultados económicos ineficaces, impide la inversión a largo plazo, tanto nacional como extranjera.

• El soborno distorsiona las prioridades nacionales, alentando a ciertos sectores a expensas de otros sectores, injusta o innecesariamente.

• El soborno socava la capacidad del estado de generar ingresos y provoca el pago de impuestos de un número menor de contribuyentes.

• La corrupción perjudica la capacidad del estado de proporcionar servicios públicos esenciales, incluidos los servicios legales, y “produce” un círculo vicioso de mayor corrupción y actividad económica informal que socava la legitimidad del estado (no faltan ejemplos en el mundo).

• Y si pensaban que el soborno podría llegar a reducir barreras regulatorias y burocráticas, de hecho, el soborno aumenta las regulaciones innecesarias al tiempo que fomenta la formación de centros de poder y fuerzas no oficiales e ilegales.

La razón principal de la corrupción es económica. La motivación para obtener ingresos es extremadamente fuerte y se ve exacerbada por factores nacionales como la pobreza, inseguridad, impuestos, etc. Pero no solo: el asidero al poder, el sentimiento de omnipotencia, brindan oportunidades para participar en actos corruptos.

La corrupción es un síntoma de problemas económicos, políticos e institucionales. La lucha efectiva contra la corrupción significa tratarla desde sus raíces. Y si pensabas que el soborno y la corrupción elevaban al corrupto al nivel de un héroe (como suele suceder), entonces estabas equivocado …

Al mismo tiempo de una política económica que examina los incentivos que garantizarán el desarrollo y el progreso a mediano y largo plazo, de acuerdo a una visión estratégica general de las necesidades del estado y de sus residentes, se deben hacer esfuerzos para mejorar la aplicación de leyes anticorrupción, utilizando las herramientas existentes (la policía, las auditorías y el poder judicial) y hacer que el corrupto pague.

El soborno no solo daña la economía y el complejo tejido social. También compromete la seguridad personal y nacional. Su prevención es la base de una sociedad justa, racional y libre.